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Construir una marca no es sólo darle un nombre a un producto, es generar una experiencia, lo que significa tener en cuenta el contacto que la gente tiene con la marca, se trata de que cada una de esas experiencias sea lo más positiva posible y satisfaga por encima de las expectativas creadas. La mayoría de los departamentos de marketing trabajamos muchísimo para desarrollar una imagen sólida de la marca a fin de que nuestro público objetivo tenga la sensación de que si compra esa marca va a obtener valor y no solo producto.
Algunas empresas han tenido mucho éxito en lograr lealtad y hasta casi un "romance" con la marca, ellas son la prueba viviente de que la gente puede amar no sólo a otra gente sino también a una marca. En cualquier lugar puede darse esta relación de lealtad con una marca, en ese momento no podemos seguir llamándoles clientes. Cualquier campaña de fidelización de clientes debe tener como objetivo convertirlos en “socios”, o “seguidores”. ¿Son clientes los que compran Harley Davidson? ¿Son clientes los que siguen toda una gira europea de los Rolling Stones?
Podeis descargar un pequeño estudio sobre el tema aquí.
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