
Ese importante esfuerzo les ha supuesto traspasar en ocasiones el límite de lo permitido para disfrazar su verdadera oferta, diseñando una oferta de precio donde se excluyen aspectos como las tasas y otros recargos, provocando un engaño claro respecto al precio final del tramo o tarifa comunicada y llegando al limite en lo permitido por la Ley 26/1984, para la defensa de los consumidores y usuarios. En todo caso parece en los últimos meses esta tendencia a disfrazar los costes reales está cambiando y algunas compañías empiezan a apostar por comunicar el precio real y buen ejemplo en este sentido es Vueling, pero todavía no es generalizada. Estamos seguros que las instituciones han tomado cartas en el asunto, como lo prueba la nueva Ley 44/2006, de 29 de diciembre, de mejora de la protección de los consumidores y usuarios, que regula explícitamente la publicidad del precio completo y final. Solo deseamos que la presión de consumidores y usuarios, con el apoyo claro de la ley, cambie esta tendencia en el sector. Nosotros apostamos por el precio real. Y tú, ¿por qué apuestas?
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