La semana pasada la antigua Caja Rural de Tenerife presentó a los medios de comunicación su nueva marca comercial, que a partir de ahora pasa a denominarse comercialmente “caja siete”. Las razones que han justificado esta decisión están fundamentalmente basadas en la necesidad de crecer en el mercado financiero de todas las islas. La antigua Caja Rural de Tenerife pretende realizar un esfuerzo de expansión comercial y valoran que la nueva marca les permitirá presentarse a sus potenciales clientes como una entidad regional, superando el provincianismo de su marca anterior y permitirá competir con su competidor más directo, Caja Rural de Canarias, la entidad que opera fundamentalmente en Gran Canaria. Más allá de las consideraciones comerciales que justifican el cambio, si nos parece interesante el ejercicio de rebrandind que ha realizado.
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Creemos que con el cambio de denominación consiguen posicionarse como una entidad financiera más regional que puede superar la percepción asociada a la denominación”rural”. Siguen apostando por los colores clásicos de la Cajas Rurales como elemento transitorio. El recurso del siete ya utilizado en otras marcas regionales como “canarias7”, ofrece una rápida asociación con la comunidad donde tiene previsto operar y por otro lado desde el punto de vista de su oferta de productos permitirá un probable juego de nuevas denominación inspirada en un número muy atractivo. Más cuestionable es el resultado de su lanzamiento comercial, sin todavía aplicación en su web corporativa y sin una campaña de publicitaria que traduzca las justificaciones del cambio. Imaginamos que próximamente se empezaran a visualizar esos cambios, pero creemos que para darle credibilidad a los mismos, debían haberse realizado de forma más coordinada.
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