Al menos esto es lo que viene a decir el consejero delegado de El Corte Inglés, Carlos Martínez Echevarría, que ha declarado que la marca de la primera cadena de distribución española "está contabilizada a cero", al tratarse de un valor intangible.
Estos grandes almacenes están inmersos en una batalla legal para definir el precio final de sus acciones.Por el contrario, los abogados de la acusación presentaron un informe de auditoría, elaborado por la consultora Interbrand, que valora la marca en 1.600 millones de euros.
No pretendemos arrojar luz sobre ninguna batalla legal pero si recordar algo básico en toda empresa. La marca se puede volver valiosa para el público, pero también se vuelve valiosa para quien la ofrece, de ahí que deba ser considerada como uno de los activos más importantes de quien la posee.
Para establecer el valor de la marca como un activo debemos ser capaces de medir indicadores tales como su conocimiento, recordación y preferencia, su calidad percibida, las asociaciones mentales positivas que el público hace de ella, la aceptación o preferencia que éste le brinda, la satisfacción ofrecida a sus clientes y la fidelidad de compra que logra entre ellos a través del tiempo.
En base a esos parámteros, de verdad que la marca “El Corte Ingles” no tiene valor.
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