C.B.Gran Canaria, Se acabo la Pax Amarilla.

En los últimos días en la prensa de Gran Canaria y es probable que también en la propia calle se abierto un debate con las declaraciones concedidas al Canarias 7, por el actual consejero de deportes, Oscar Hernández, respecto a la relación de su consejería con el C.B. GRAN CANARIA.
Los antecedentes son creo bien conocidos por todos. Una entidad deportiva de prestigio con muchos años en la elite del baloncesto profesional, pero que pertenece societariamente a la institución insular. Sus declaraciones se podrían resumir en: Una entidad deportiva no debe pertenecer a una institución pública y Cualquier entidad deportiva de elite debe autofinanciarse.

Las primeras consecuencias de estas declaraciones, han sido una amenaza de dimisión por parte de los Consejeros del Cabildo y varias llamadas a la calma por los Medios de Comunicación. Sin entrar a valorar las declaraciones del Consejero Cabildicio, ni por supuesto las reacciones a las mismas, me parece oportuno analizar el “problema” planteado en su contexto.
Pero antes que nada me gustaría valorar el trabajo realizado por los consejeros actuales.
Un equipo consolidado en la elite, que cuenta con una afición estable cercana a los 5.000 asistentes a su cancha deportiva, que tiene cerca 20.000 televidentes cada quince días y un interesante pool de patrocinadores privados estables en los últimos años. Es digno de valorar el hecho que se gestiona de una forma eficaz una instalación deportiva en la Capital Gran Canaria, el Pabellón Insular de la Vega de San José. Y desde mi punto de vista lo casi más importante; cuentan con un número muy importante de niños y jóvenes, casi 300, a los que ofrece una fantástica alternativa para su desarrollo formativo y personal. Hace quince años no existía nada de eso. Pero además y me remito a las hemerotecas, tampoco teníamos en esta isla una entidad del tipo que fuera que le diera nombre de forma casi diaria en los medios de comunicación social. Y que es que el mayor acierto que estos gestores han entregado a su tierra, es mantener vivo el nombre de su isla, Gran Canaria, en estas casi dos décadas con una positiva asociación de eficacia deportiva y simpatía social.
Pero las cosas han cambiado y el modelo de gestión de la entidad vigente desde hace más de quince años debería renovarse. La realidad que los actuales consejeros se encontraron tras la constitución del club en S.A.D. tiene poco que ver con la realidad actual y su modelo basado en un bloc escrito con portaminas, no es lo que necesita una entidad con un volumen de negocio cercano a los ocho millones de euros. No es razonable que este dirigido orgánicamente por los mismos que solo pueden dedicar a la entidad su escaso tiempo libre. Y desde luego, no es concebible que crean que tras la salida de su antiguo Director General el Club pueda ser dirigido por ellos.

Parece evidente que las relaciones “personales” entre los gestores del club y el actual consejero no son de reciproca confianza. Este aspecto dificulta mucho la gestión de una entidad que tiene el grado de dependencia que tiene del club. Hablamos de casi un 50% del presupuesto viene garantizado por la gestión directa de la institución. En el pasado no existían estas dificultades más bien al contrario y el problema del “granca” simplemente no existía.
Si partimos de una premisa básica. Una entidad como esta; es necesaria para la sociedad. Por su valor comercial y sobre todo social. Y si su realidad como sociedad deportiva esta cada día más cerca de lo que nadie parece discutir, la Unión Deportiva, en todas las variables de análisis cuantitativo posible : Volumen de negocio, Aficionados, Espectadores, Cantera, etc. Deberíamos mejorar el modelo existente y hacerlo simplemente no discutible en función de un cambio electoral.

Esta letras están escritas por alguien que siempre estará agradecido a esa entidad porque le permitió crecer personal y profesionalmente.
Fdo. Eladio Bombín.